miércoles, 25 de junio de 2014

Sellos falsificados: ¿cómo distinguirlos?

Cuestión de práctica. Así explican los profesionales de la filatelia cómo diferenciar un sello falso de uno auténtico. Como muchas veces es cuestión de haber visto y tocado muchos sellos, la mejor manera de exponerlo es preguntándole a mi propio padre, Manuel Duplá, dueño de la filatelia del mismo nombre. "La práctica te lo enseña - asegura este filatélico con más de 50 años de experiencia-. A simple vista se ve, aunque es difícil de explicar. Un sello falso puede ser distinto por su aspecto, color, dentado, papel, goma, dibujo, impresión...".

Con el paso de los años, y la evolución de las técnicas de reproducción, ¿es más fácil que haya falsificaciones? Para Manuel está claro: no resulta sencillo: "Por ejemplo, es completamente imposible imitar un sello grabado, con su relieve y sus rayitas. Es muy distinto al tacto, el tipo de papel...". También los sellos realizados con reproducciones fotográficas son distintos, ya que la fotografía reduce los espacios en blanco, con lo que no es igual. "También son muy difíciles de imitar las tintas, la goma, que generalmente es actual, distinta a las que se empleaban antes, que era arábiga". En realidad, se trata de una colección de peculiaridades que hace que no sea fácil falsificar. "Al final un sello falso es tan distinto de uno verdadero como un huevo frito y uno a la plancha".

¿Qué puede hacer alguien que no sepa del tema pero desea comprar un sello? "Yo recomiendo a mis clientes -dice Manuel- que nunca se gasten más de 100 o 150 euros en un sello que admita dudas sin tener un certificado de autenticidad".  O sea, acudir a un buen profesional cualificado que emita un documento. Para ello, hay buenos comités de expertos, como el CEM -Comisión de Expertos de Madrid- y COMEX -Comisión de Expertos Filatélicos, de Barcelona-, que cobran un porcentaje del valor de los sellos. En el documento que expiden, no solo explican si los sellos son auténticos sino que además detallan su estado de conservación.




A quien le apetezca investigar sobre el tema, hay muchos trabajos publicados sobre las peculiaridades de los sellos falsos. En general son trabajos monográficos. 






Este libro de Luis Blas, del sello clásico, es muy interesante. Se titula "Manual del experto en sellos de España (1850-1900)", de la editorial Aguilar. Por desgracia, este libro está descatalogado y solo puede encontrarse en el mercado de segunda mano.




Las anécdotas



En la actualidad casi no se conocen falsificaciones. Antiguamente era mucho más frecuente. "A lo largo de los años, a nosotros claro que nos han llegado sellos falsos. La mayor parte de las veces, los clientes que vienen no tienen ni idea y cuando se enteran se llevan enormes disgustos".

A veces se falsifica un sello de gran valor, como el famoso viaje de Franco a Canarias, que verdadero cuesta sin numerar 6.000 euros según catálogo. Otras veces, sin embargo, se imitan sellos de poco valor. Hubo una falsificación bastante extendida de un sello de Joan Miró de 1981. Se hizo con fines postales y no filatélicos, y de hecho llegó a circular. Un año más tarde se desmonetizó por Correos. El sello, que se emitió con ocasión de los 100 años del nacimiento de Picasso, reproducía un cuadro del pintor Joan Miró, y parece ser que se introdujo por medio de engaños a distintos estancos.






Si comparamos ambas imágenes, se puede ver que los colores son distintos: en el falso (a la derecha) el negro es más oscuro y el azul y amarillo más claros que en el verdadero. También las letras son distintas, si se miran con detenimiento. Asimismo, el dentado es diferente y al tacto, el papel del sello falso resultaba más delgado y más fácil de curvar y doblar. Por último, poniéndolos delante de una lámpara de luz ultravioleta se observa que el sello verdadero es de un suave color crema y para nada fosforescente mientras que el falso es totalmente blanco y fosforescente. 

viernes, 20 de junio de 2014

Hoy probamos... una lente que convierte el móvil en una súper lupa

Voy a hacer una confesión: me chiflan los smarphones y todos los adelantos y comodidades que nos proporcionan. Y si esta tecnología se une a una de nuestras pasiones, la filatelia, que más se puede pedir. Hace unos días llegó a nuestras manos uno de los últimos productos de la firma Leuchtturm, la lente Phonescope, que transforma el teléfono o la tablet en una poderosa lupa de hasta 60 aumentos.



Cuando un cliente entra a nuestra filatelia a comprar una lupa, nos gusta enseñar entre otras las de Leuchtturm, una marca alemana que ofrece productos de calidad a precios bastante asequibles y una gran gama de artículos. No siempre el que compra una lupa lo hace para ver sellos o monedas al detalle. Hay muchas más utilidades, desde la lectura, la joyería, las manualidades o soldaduras, dependiendo del tipo de lente, su diámetro y sus aumentos.

En cuanto nos llegó esta lupa la probé y me llamó la atención lo sencillo que resulta de usar. Se trata de una pinza que se coloca en cuestión de segundos en el visor de la cámara del móvil. A esta se le añade una pieza de plástico que apoyaremos en el sello o en lo que queramos ampliar y que sirve para que el enfoque sea perfecto. Y ya, simplemente encendiendo la aplicación de hacer fotos del móvil, podemos usar nuestra nueva súper lupa, para la que no se necesita ni electricidad ni pilas. Todo ello por 22,95 euros.




En mi móvil, un iphone 4, funciona a las mil maravillas. Tampoco me resistí a la tentación de probarlo en otros teléfonos, y tanto en el iphone 5, como en uno de los últimos LG, como en un Samsung Galaxy el resultado fue igualmente satisfactorio. Además, se pueden hacer fotos o grabar en móvil la imagen ampliada, para guardarla en nuestro dispositivo o mandarla por WhatsApp. ¡Viva la tecnología!

martes, 17 de junio de 2014

Correos tiene previsto emitir una hoja bloque para conmemorar la proclamación de Felipe VI

Muchos de los clientes que vienen a nuestra filatelia nos preguntan estos días cuándo emitirá Correos algún sello alusivo a la proclamación del nuevo rey de España. La curiosidad es doble: cuándo saldrán y cómo serán esas estampillas. Si bien aún no ha habido ningún tipo de información oficial al respecto por parte de la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos, parece claro que la Comisión de Programación de Filatelia está trabajando en ello, dada la vocación que siempre ha tenido la filatelia de ser reflejo de los acontecimientos de un país. Aunque aún no se conoce ni el diseño, ni el facial ni tampoco la fecha, al parecer la intención de Correos es emitir una hoja bloque en la que aparecerán Juan Carlos I y Felipe VI.

También se sabe ya que en la Casa Nacional de la Moneda y Timbre se está trabajando para emitir una medalla alusiva a la proclamación de Felipe VI. La entidad acaba de facilitar la imagen que tendrá. Además, ha transcendido que estará fabricada en plata y que su valor de venta al público será de 40 euros. La fecha de emisión prevista es la semana del 23 de junio.



Hace casi 40 años, el 29 de diciembre de 1975, se emitieron los primeros sellos de Juan Carlos como Rey de España. La serie, de cuatro timbres distintos, sí que salió a la calle el mismo día que tuvo lugar la proclamación. En uno de estos sellos se puede ver al nuevo rey de perfil; en otro a la nueva reina, ambos de 3 pesetas; y en los otros dos, de 3 y 12 pesetas respectivamente, aparecen ambos monarcas juntos.



La pregunta que nos hacen muchos es: ¿se revalorizarán ahora los sellos del Rey Juan Carlos? En principio, no van a valer más que hace un mes por el hecho de que el monarca haya cedido la corona a su hijo. Lo que sí que es cierto es que todos los sellos que se han emitido sobre el rey despiertan ahora un mayor interés filatélico y una mayor curiosidad entre el público en general. Desde aquel primer timbre de 1975, han sido múltiples las emisiones en las que ha aparecido el monarca. Además de las series básicas, que salen normalmente todos los años, la filatelia ha sido reflejo de la vida del monarca y de los grandes acontecimientos de su vida. 

Y de todos los sellos del rey Juan Carlos, ¿cuál es el más valioso? Los expertos lo tienen claro: el de 1.000 pesetas, del año 1995


Hoy en día un timbre nuevo de aquellos puede rondar los 60 euros y un minipliego, los 600, dada su escasez. Muchos de los que se fabricaron fueron destruidos tiempo después, con motivo de la retirada de la circulación de los sellos en pesetas.